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martes, 7 de mayo de 2024

Monet y la Catedral de Ruan: Una Inspiración Recurrente

Si algo verdaderamente fascina a un pintor es la luz; es en ella donde reside la posibilidad de capturar la esencia de cualquier objeto en el arte. Sin embargo, para un impresionista como Claude Monet, no es solo la luz, sino su diversidad la que encanta y despierta el deseo de que el mundo se ilumine ante nuestros ojos. Los impresionistas, de manera pionera en su época, intentaron captar con el pincel cada chispa de luz, traduciendo estos destellos efímeros al lienzo.

Monet buscaba universos llenos de chispas, mundos que se descomponían en una explosión de colores vibrantes y que brillaban con intensidad. Encontró esta magia en escenarios como estaciones de tren y fábricas, donde el vapor y el humo envolvían todo, haciendo que los contornos se difuminaran. Fue en este contexto que Monet descubrió la Catedral de Ruan.

Claude Monet vio en esta catedral un atractivo singular que otras no poseían. Era majestuosa y grandiosa, como muchas otras, pero su fachada presentaba un elemento distintivo conocido como "flamígero". Este estilo, característico del gótico tardío, se asemeja a llamas que se descomponen, dejando espacios que parecen trazados de piedra en hilo, a través de los cuales penetra el sol. Esta estructura de piedra y aire, ligera y permeable, reflejaba la luz de forma cambiante en cada momento del día, ya fuera más directa, lateral o desde atrás, convirtiéndola en un fascinante objeto de estudio para Monet.


Interacción de Luz y Arquitectura en las Pinturas de Monet: La Catedral de Ruan

Cuando nos enfrentamos a una obra de arte, también enfrentamos las grandes cuestiones de la humanidad. A través del arte, se exploran no solo emociones profundas sino también conocimientos intelectuales significativos. No obstante, al contemplar las series de Monet sobre la Catedral de Ruan, lo que sobresale es la ausencia de discursos emocionales o intelectuales explícitos. Monet no enaltece lo que representa; en cambio, su obra se caracteriza por una impulsividad y urgencia únicas. ¿Qué revela esto sobre el arte? ¿Por qué su enfoque es considerado arte?

Monet atiende principalmente al mandato del color, obedeciendo a la lógica estricta de este patrón visual. Para él, la Catedral de Ruan no es más que el medio a través del cual puede capturar el color. No existe un más allá en su narrativa más que el color mismo y todas las posibilidades que ofrece en un solo lugar. Monet está obsesionado con no dejar pasar ningún matiz sin convertirlo en pincelada, lo cual muestra que, para él, la catedral no tiene valor más que como artefacto para alcanzar su objetivo.

En el arte de Monet, lo esencial es la "impresión", es decir, la relación entre los eventos cromáticos externos y cómo el sujeto los interpreta y los plasma en el lienzo a través de la paleta y el pincel. Este mecanismo es el corazón de su proceso artístico en el impresionismo.

Por otro lado, la Catedral de Ruan, con su estilo gótico tardío también conocido como flamígero, actúa como un dispositivo para captar el color. Monet no está interesado en el estilo arquitectónico per se. Le atrae un lugar que, por su naturaleza, da pie a efectos cromáticos cambiantes.

Así, ver la catedral de Ruan a través de los ojos de Monet implica aislarla de su condición arquitectónica para concentrarse en su fachada y capturar su color en distintos momentos del día y bajo diferentes condiciones de luz. Monet no ve más que una estructura de infinitas posibilidades, un templo no de Dios, sino del color.



La Influencia de la Serie de Monet en el Arte Moderno: Captura de Luz y Color

Para capturar plenamente la luz que ofrecía la Catedral de Ruan, Claude Monet empleó un método revolucionario. Disponiendo varios lienzos simultáneamente, pintaba sobre el lienzo que mejor correspondiera con las condiciones de luz del momento. Así, cada instante y cada matiz de luz eran meticulosamente capturados, permitiendo a Monet extender una red meticulosa sobre el espectro de luz y color presentado por la catedral.

Esta técnica no solo captura los cambios objetivos de luz y color, sino que también introduce un elemento subjetivo en cada obra. Dependiendo del estado anímico de Monet, ciertos colores podrían ser más destacados, creando una serie de pinturas que navega entre el impresionismo y los albores del expresionismo.

El enfoque innovador de Monet hacia el color y la luz no solo redefine su interpretación de la Catedral de Ruan, sino que también ejerce una influencia significativa en el desarrollo del arte moderno. La liberación del color y el énfasis en la percepción personal del artista se adelantaron a su tiempo, conectando sus obras con futuros movimientos artísticos que centrarían su enfoque en el color, como el Fauvismo y el Cubismo. Artistas como Henri Matisse y André Derain, figuras clave de estos movimientos, encontraron inspiración en las técnicas pioneras de Monet.

Así, la serie de Monet sobre la Catedral de Ruan no solo es un estudio profundo de la luz y el color, sino que también es un precursor crucial de varias corrientes del arte moderno. Este método no solo transformó la práctica artística de Monet, sino que también preparó el camino para una nueva era en el arte, influenciando a generaciones de artistas que seguirían explorando y expandiendo los límites del color y la percepción visual.


Descubriendo Ruan: Desde Sus Edificaciones Medievales Hasta la Catedral que Inspiró a Monet

Ruan, la bella capital de Normandía en Francia, es un destino que vale la pena explorar por muchas razones, especialmente por sus impresionantes edificaciones medievales. Estas estructuras se caracterizan por su entramado de madera visible y barnizados en distintos colores, creando una imagen pintoresca y emblemática de la época medieval. Este estilo arquitectónico no solo refleja la historia rica de Ruan, sino que también ofrece una estética visual única que atrae a visitantes de todo el mundo.

Uno de los testimonios del pasado próspero de Ruan es el ‘Gros Horloge’, un reloj astronómico del siglo XIV. Esta pieza no solo destaca por su sofisticación tecnológica sino también por su atractivo estético, siendo un punto de interés clave para los amantes de la historia y la arquitectura.

No obstante, la joya de la corona de Ruan es, sin duda, su catedral. Considerada una de las más grandes y suntuosas de Francia, la catedral de Ruan es un magnífico ejemplo del estilo gótico clásico, que data de los siglos XI a XIII. Su interior se eleva majestuosamente, mientras que en el exterior, la aguja de hierro fundido la convierte en la segunda catedral más alta de Europa, una adición impresionante realizada en el siglo XIX.

El punto exacto desde donde Claude Monet pintó sus famosas vistas de la catedral está marcado con un tablón informativo, permitiendo a los visitantes ver la catedral desde la misma perspectiva que el pintor. Esta es una experiencia casi mística, que ofrece la oportunidad de ver la catedral desmaterializada en colores, tal como Monet la vio. Es un retorno a la mirada del artista después de casi 130 años.

Para capturar la verdadera esencia de la catedral como lo hizo Monet, es aconsejable dejarse llevar por los colores y la luz del momento, sin preconcepciones. Cualquier momento del día es propicio, pues Monet no priorizó un color sobre otro; para él, no existían malos días mientras hubiera luz. Lo importante es navegar con la mirada y dejarse llevar por la impresión visual.

Ruan no solo es un testimonio del pasado medieval de Francia, sino también un lugar donde el arte y la historia se entrelazan de manera fascinante, ofreciendo a cada visitante una experiencia única y enriquecedora.

 



    

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