BlogESfera. Directorio de Blogs Hispanos escritos -reflexions variades-: marzo 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

Edgar Degas: el Impresionismo en la escultura

El IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) ofrece estos días –y hasta mediados de abril- dos exposiciones muy dignas de ser visitadas. El conocimiento de ellas, de hecho, me despertó, de entrada, interés y consideré la oportunidad de realizar un viaje relámpago a la ciudad de Valencia con esta motivación. La verdad, lo visto ha pagado con creces el cansancio que supone tomar el tren –convencional- con ida y regreso el mismo día.
Mi intención es escribir algo sobre estas dos exposiciones: una centrada en la escultura de Edgar Degas y, la otra, una retrospectiva de la obra de Jasper Johns. Empezaré por la primera –y condiciono la segunda entrega al tiempo de que disponga-.

Pues ciertamente, muy poco se ha sabido de la obra escultórica de Degas; y pese a que el motivo no deja de ser su obsesiva inclinación hacia el cuerpo femenino y particularticularmente al mundo del ballet, el modo de decir escultórico tiene una potencia abrumadora y única. De hecho, si en su pintura se muestra una dulce melancolía que va asociada a la captación de la belleza efímera y que remite a una cierta decadencia del mundo burgués, su escultura es la sublimación de esta idea, pero expresada a través de una fuerza gestual cautivadora.
Sin embargo, el desconocimiento de esta faceta del artista, no es casual, pues fue muy recientemente, en 2004, cuando se descubrieron; a través de unas figuras de yeso de Paul-Albert Bartolomé realizadas a partir de las originales, de cera y arcilla, de Degas. Fue entonces cuando se procedió a su elaboración en bronce.
El resultado de todo ello son 74 piezas que expresan eso que se ha cubierto bajo el paraguas estilístico del llamado Impresionismo. Sin salir de su estudio, eso si, pero con todo aquello que es definitorio del estilo: la captación de lo etéreo, lo cambiante y lo mutable, por medio de un mecanismo donde el artista es puro sujeto receptor de un algo externo. Se ha dicho que, si bien el Impresionismo es, en su esencia, un movimiento pictórico –pues en la pintura tiene su génesis- también tuvo sus repercusiones en otros campos artísticos, como en la música de Claude Debussy o en la escultura de Auguste Rodin.
Y de hecho, Rodin tiene tics impresionistas manifiestos. La escultura de Degas bebe de ello, pero en plena sincronía con respecto a ella, pues Rodin y Degas eran contemporáneos. El diálogo que se puede establecer entre uno y otro es apasionante y seria motivo de un estudio mucho más profundo. Sin embargo, es preciso hacer una distinción rápida. Degas es más impresionista que Rodin –sin tomar esta afirmación como una virtud o defecto, sencillamente como un hecho-. En Rodin la fuerza latente es migelanguelesca, es decir, se hace patente la voluntad liberadora de la materia respecto de su condición material; la culminación de ese ideal imposible de Miguel Ángel. En Degas, sin embargo, lo fundamental es la disolución de lo material en un todo-único; la emanación y emancipación de la forma respecto del magma originario de donde surge –y regresa- todo lo matérico.
Lo que hay de impresionista, en todo ello, es el hecho de que, la escultura, lejos de manifestar esa fobia hacia su materialidad, la reafirma plenamente. Y lo hace por medio de la yuxtaposición de un fragmento mínimo de materia, esto es, eso que en la pintura es la pincelada. La pincelada mínima, en su yuxtaposición, crea un todo-uno donde se disuelve lo objetual. Asimismo, a partir de la addicción de pequeños fragmentos de arcilla, Degas hace escultura impresionista.



No es sencillo, ni está tampoco libre de contradicción este propósito. Pues si el Impresionismo –y Degas particularmente en sus bailarinas- se ha centrado en lo etéreo, es evidente que materializar el aire, en tanto que vacío, parece un imposible. Sin embargo, a través de esa reafirmación matérica y de el proceso de adicción y yuxtaposición de fragmentos mínimos, se logra, precisamente, la manifestación de la atmósfera, justo a partir de la particular textura que ofrece el contorno escultórico. Al huir de la depuración clásica, que delimita lo matérico de lo etéreo, se genera una disolución, pues pese a que la materia no es aire, este último logra manifestarse en ella.
No termina aquí lo innovador. La escultura de Degas –como la de Rodin- hace del vacío, por vez primera, algo propio de la escultura. Pero, a la vez, la manifestación de lo matérico se hace a través de la manifestación de su creación –o, mejor dicho, de su creador-. El mito del demiurgo que modelava figuras de barro y les insuflaba vida se hace patente de un modo especial aquí. De hecho, es la propia mano de Degas la que se muestra modelando la arcilla; ese dedo que genera adicción en el lleno y sustracción en el vacío. Si, hasta entonces, las artes plásticas se han elaborado, básicamente, por vía de un intermediario –el pincel en la pintura o el cincel en la escultura- Degas opta por una creación directa, donde es la misma mano la que modela la materia. Así, el proceso creador se materializa y se hace eternamente presente en la intemporalidad de la figura terminada.
¿Y cómo se ha llegado hasta aquí? Pues a través de lo ya dicho. Degas sabe que no parte de cero –si es que algún artista cree, de verdad, haberlo hecho jamás- y en ese sentido la Historia del Arte ha determinado unas pautas que, lógicamente, son continuamente reinterpretadas en base al espíritu de la época –eso que los alemanes llaman Zeitgeist-. Sus referencias inmediatas no pueden ser más lejanas a lo que él desarrolló, pero, ciertamente, allí está el punto de partida; allí está el lugar a partir del cual se puede decir algo. Este es, ni más ni menos, que el neoclasicismo de Dominique Ingres y el romanticismo de Eugène Delacroix. Pero Degas bebe mucho más allá. Precisamente, de aquello que se ha dicho que es la antítesis de la idea de la disolución aire-materia, esto es, del clasicismo; de la misma Grecia y Roma, donde el objeto es un ente cerrado y delimitado en si mismo.
He tomado dos referencias con la voluntad de hacer patente esta idea. En primer lugar, el Discóbolo de Mirón. El arqueo contrapuesto de las extremidades superiores e inferiores de la figura clásica sirve a Degas como pauta compositiva de uno de sus cuerpos femeninos. Como sucede en el lenguaje, a partir de unas construcciones estandarizadas, cada cual crea su discurso. Así procede Degas. En este caso el doble arqueo se presenta como una Baliarina atándose el cordón. La tridimensionalidad de la figura se acentúa a partir de la torsión de todo el cuerpo. Por otro lado, la bailarina parece una excusa, para generar una ambigüedad: pues por la posición torsional, perfectamente podría estar tomando impulso para lanzar un objeto –como el Discóbolo-.



En segundo lugar, la referencia es El niño de la espina, obra romana de autor desconocido. La pauta es la siguiente: el arqueo lateral del torso y el pliegue de una pierna cuyo pie es sostenida por una mano. Así, la Bailarina mirando la planta de su pie derecho adopta, justamente este patrón. El tema, pues, se confirma; es una excusa. Degas sentía obsesión y devoción más por la captación de la posición y de las posibilidades del cuerpo que no por el baile en si mismo. El ballet, sencillamente, era el medio que le permitía elaborar todo ello y en base a el lenguaje dado, adaptado al particular espíritu de la época y al suyo propio.




Con lo dicho aquí, reitero lo que expongo en cada artículo: este texto es una visión infinitamente personal. Con ello quiero decir que aquello que afirmo o doy como cierto no es, en ningún caso un absoluto; sencillamente reflexiones originadas y desarrolladas entorno a la visita de la exposición. Por otro lado, es una de las formas posibles de enfocar el tema donde, lógicamente, no he recogido todo aquello que puede originarse a partir de la observación de estas piezas –quien pretenda hacerlo, fracasará inevitablemente-.

jueves, 24 de marzo de 2011

Y siempre…

Y continuo pensando en ti; allí, ente la felicidad y el pesar. Con el resonar de las palabras de nuestro eterno compañero. Aún tan limpias…
¡Y cuanto hay en cada una de ellas!, Paco, ¡Cuánto!
La angustia por tu ausencia, la alegría de tu presencia… ¡Todo confluye en su voz! Y cuantos caminares -¡y caminantes!- ente una cosa y otra; entre el nacimiento y la muerte…
Y allí siempre está, inamovible; ¡el Gran Rapsoda!, aquél que todo lo alumbra. Tantos lugares; de aquí y de allá. Y su sempiterno cantar. Allí está nuestra Voz. Si. Pues nunca dejó de estar. Inmóvil, como el Mar Eterno.
Y es allí dónde seguimos. Todos. Tu; y yo ¡y todos!
Y entre ello navego; entre una y otra poesía; en ese baile dulce y embriagador. Pues te siento en cada palabra y en cada nota….
¡Ay! ¡Y aquel amanecer! Todos despertábamos…¿verdad? ¡Cuanta frescura! ¡Pues es nuestro eterno despertar!
Y allí estamos, todavía...

¿Paco?

Éste amanecer es inacabable …  En el albor perdura aún ¡Sin fin!
Y de repente, tu canción...
Vuelve a sonar. Sí, es Éste. Otra vez. No más que Aquél ¡Ahora suena!  Es, ella; es… ¡la Canción! ¡Sí! Nuestro Mediterráneo… Nuestro lugar y nuestra vida... Allí donde siempre estuvimos. ¡Qué difícil… ¡Paco!!
Pues es nuestra tierra; es nuestra patria. Justo allí donde nos hemos querido; como padre y como hijo; como hijo y como padre. Pues en este Mar nuestro amor es eterno…
¡Sí, Paco! Aquí, en nuestro Mediterráneo.


Pau Budí
Marzo de 2011

miércoles, 23 de marzo de 2011

Tres cartas (II)


Posiguiendo la línea del artículo “Tres cartas”, recopilo aquí una segunda versión de algunas de las cartas que me han hecho públicas en los tres medios de comunicación que, habitualmente, tomo como referéncia, esto es, El País, El Periódico y La Vanguardia. Quisiera solamente recordar lo ya dicho en su momento; pues cada una de ellas tiene distinta naturaleza y no obedece a ningún tema o interés común. Por otro lado, cabe decir también que las recojo en su versión original o, dicho de otro modo, tal como  las escribí y mandé, antes de ser substractadas. Dicho esto, ahí van:

EL PERIÓDICO 22-04-11
En pleno debate acerca de la cuestión de la Universidad, observo que se ha adoptado un matiz exclusivamente metodológico, donde lo fundamental es determinar cómo hacer de nuestros centros lugares de conocimiento competitivos y, paralelamente, que esto sea compatible con el recorte de gasto público anunciado por la Generalitat.
Sin embargo estamos olvidando un hecho fundamental que apenas se ha tratado con la debida importancia. Pues en un Estado que se define como democrático y social es inconcebible el carácter elitista de sus universidades. Y con esta afirmación no me refiero a que sólo los titulados universitarios conforman la élite, sino al hecho de que para acceder a ella, de antemano, haya que disponer de unos recursos que no todo el mundo puede costearse. Es cierto que la Administración subvenciona la mayor parte de la matriculación. Pero el sistema de becas dista mucho de ser equitativo, ya que estudiantes competentes y diligentes deben hacer auténticos malabares para obtener ingresos que les permitan seguir adelante a nivel académico. Porque pese a la subvención, el precio de la matricula sigue siendo, para muchos, restrictivo. Urge replantear esta cuestión para hacer la Universidad accesible a todos y, en este sentido, es fundamental tratar debidamente la cuestión de la asignación de becas.

LA VANGUARDIA 04-02-11
Por fin ha llegado el tan ansiado momento: gobierno, sindicatos y patronal se han puesto de acuerdo. Parece que ya casi todos hemos asumido que crecen telarañas en las arcas de la Administración y que el único modo de mantener mínimamente el Estado del Bienestar y asegurar las pensiones es a partir de los recortes sociales.
Finalmente se ha confirmado: la jubilación a los 67 años. A mi personalmente me queda lejana, pues tan solo cuento con 23. Soy estudiante de una carrera –arquitectura- que prometía plena ocupación cuando la empecé a cursar. Ahora todo ha dado un vuelco. Los titulados –y con nota- están desempleados. Dar unas clases particulares siempre son bienvenidas como alternativa. La actualidad es desalentadora, pero las previsiones, aún lo son más.
A falta todavía de un mínimo de dos años para terminar la titulación, se me aconseja por los entendidos –profesores, arquitectos en ejercicio y titulados recientes- que no tenga prisa, que el mercado no demanda de arquitectos, pues no se construye. Las expectativas de los expertos es que la tendencia, lejos de mejorar, va a empeorar en el próximo lustro.
Mientrastanto, los agentes sociales ya se preparan para descorchar el cava y celebrar el pacto. Y yo, como tantos otros, deberemos trabajar 37 años para cobrar la plena jubilación ¿Más vale no tener prisa? Quizá si. En los tiempos que corren, quizá debería tener prisa por incorporarme al mercado laboral ¿Cómo? No lo sé: a nosotros, a los que debemos mantener las pensiones, a quienes se nos confía la futura productividad del Estado; a nosotros nadie nos ha preguntado: nadie nos considera un agente social.

EL PAÍS 22-04-11
Pese a la destructiva y delirante campaña llevada a término por determinados círculos vinculados a la derecha mediática, debe entender Rafael Simancas que no todo lo que se contraponga a lo que él piensa tiene naturaleza conspirativa (véase EL PAÍS, 18 de marzo).
Pues al artículo de Germà Bel, publicado en este mismo diario el 8 de marzo, le sobra toda la retòrica historicista, pero el fondo de la cuestión es innegable; cualquier mapa que muestre fielmente la realidad de las infraestructuras del Estado determinará su profundo carácter radial. El paradigma se encuentra en la alta velocidad ferroviaria, cuyo punto de partida es siempre la capital –a excepción, sea dicho, del by pass existente en la línea Barcelona-Sevilla/Malaga-.
Así, las cifras sobran, en un sentido y en otro, pues cada extremo las mostrará parcialmente, sólo para justificar aquello en base a lo que quiera argumentar. Pero seamos certeros. Dejémonos de números obnubilantes. El Estado tiene un serio déficit en infraestructuras transversales. Por fortuna, parece ser que la UE ha tomado conciencia respecto a ello y acelerará la construcción del llamado Corredor Mediterráneo.
Porque, al fin, la transversalidad de las infraestructuras, acaba repercutiendo sobre todos –incluso sobre la misma capital-, en la medida en que contribuye a generar más riqueza en el conjunto del Estado. Así que dejémonos de falacias, de equívocos y de medias verdades. Y, sobretodo, privémonos de hablar arbitrariamente de conspiraciones. Esto no es un asunto sobre la identidad de nadie. Es un asunto sobre el progreso general de los ciudadanos españoles.


[1] Este pié de página es de lectura necesaria. Pues entiendo el derecho a resumir y extractar que se asignan los propios diarios. Pero en este caso, el cambio de título orienta el sentido de la carta hacia un lugar hacia el cual las cosas se tergiversan. Pues el tema de mi denuncia no era, en ningún caso, el hecho de que me queden muchos años, todavía, para jubilarme, sino el hecho de que se acepte universalmente un acuerdo social sin tener en cuenta a uno de sus principales agentes: aquellos de quién depende la productividad futura. Ahí el titulo: Nadie nos ha preguntado.


martes, 8 de marzo de 2011

Democràcia o expertocràcia?

8 de març: Dia Internacional de la Dona. Difícilment li haurà passat desapercebut a algú. Arreu se’n sent a parlar, ja fa dies. Google, per via de la seva icona, ha despertat amb el seu particular homenatge. Els ajuntaments organitzen cicles, conferències i activitats. Fins i tots els principals diaris del país han dedicat avui editorials sobre el tema. Mentre El Periódico mostrava el llarg camí que encara s’ha de recórrer per arribar a la plena igualtat, El País remarcava el paper fonamental que ha representat la dona en els processos revolucionaris del món àrab.
Certament, el feminisme ha estat un moviment que amb dignitat i valentia ha aconseguit grans avenços en matèria d’igualtat social durant l’últim segle. Però l'organització d’aquests artificis que busquen oficialitzar la normalitat d’allò que fins ara no ho ha estat, no fan més que fer palesa la anormalitat del que, precisament, es busca normalitzar. I paral·lelament, l’enlluernament que produeix tot el conjunt d’esdeveniments que van associats a aquesta commemoració, ens obnubilen enfront als veritables problemes estructurals que s’estan produint tot just ara.
Avui, al costat de l’esmentat editorial feminista, apareixia a El Periódico un article de Francisco Longo titulat Els millors al Govern, que posa sobre la taula un fet alarmant. Segons l’Enquesta Europea de Valors que analitza la realitat social catalana, tres de cada quatre ciutadans d’aquest país consideren que és més convenient que les decisions polítiques les prenguin experts en les matèries més que no pas el Govern.
Les conclusions d’aquest estudi s’han de considerar alarmants. Alguna cosa està passant, i greu, quan el ciutadà pensa que aquells que son, precisament, els seus representants han de cedir la governabilitat a persones alienes a la tasca política. O bé ha calat el missatge llançat pel president Mas en relació al govern dels millors, o bé la desafecció respecte a la classe política ha arribat a uns límits insostenibles. En tot cas, es tracta d’una seriosa patologia social que requereix d’un diagnòstic acurat.
Perquè la fal·làcia de cedir la governabilitat als experts amaga un rerefons profundament antidemocràtic. És més, absolutista i totalitari. L’expertocràcia –terme de nova encunyació que faria referència a un suposat govern dels experts- rellevaria al poble com a font d’on emana tota sobirania –i que és el principi intrínsec de la democràcia-.
Així doncs, aquesta renuncia voluntària però inconscient de la sobirania compartida entre cadascú de nosaltres deixaria enrere tres segles de teorització sobre la llibertat de l’individu i la seva participació com a actiu polític en tant que ciutadà. Una involució consentida respecte a allò que pensadors com Montesquieu, Voltaire, Rousseau i tants il·lustrats que confiaven en la igualtat i en la raó com la llum que guiaria el progrés futur i que han determinat en gran mesura la constitució de l’Estat liberal, embrió de l'Estat social i democràtic en el que vivim.
No ens deixem enganyar ni emportar per equívocs que amaguen un rerefons perniciós. Els experts son necessaris i, en aquesta mesura, els governs han necessitat de comitès d’ells que han orientat determinades polítiques. Ens hem de servir dels tecnòcrates en la justa mesura. Però cedir la totalitat del govern a l’expert és eradicar al ciutadà de la vida política i condemnar-lo a la submissió i al determinisme ja que, davant l’expert, tothom és inexpert i, per tant, profà. I la seva opinió resta, doncs, anul·lada.
Per això i, aprofitant el Dia Internacional de la Dona, reivindico des d’aquesta modesta posició la sobirania del poble, més que mai. I amb això, també, el sufragi universal –un dels principals mèrits atribuïbles al moviment feminista-. Perquè portar a l’extrem determinades posicions pot arribar a negar drets tan fonamentals com aquest.